Nació en Aragón el
año 1556. Obtuvo una excelente formación y ejerció el sacerdocio en su patria.
Más tarde, se trasladó a Roma, donde se dedicó a la instrucción de los niños
pobres y fundó una Sociedad destinada a este fin. Tuvo que sufrir duras
pruebas, entre ellas las calumnias de los envidiosos. Murió en Roma el año
1648.
Sus Padres son Pedro
Calasanza (gobernador de la región) y Doña María Gastonia, le dieron a José, el
menor de cinco hijos, una buena educación en la casa y después en la escuela de
Petralca. Los religiosos que lo instruyeron en su niñez lo entusiasmaron por la
vida sacerdotal. Desde muy pequeño su gran deseo era poder alejar el mal y el
pecado de las almas de los demás. En el colegio se burlaban de él los
compañeros, porque les perecía demasiado piadoso, pero poco a poco con su
amabilidad los fue ganando a su favor.
Después de sus estudios
clásicos en Estadilla, estudió filosofía y leyes en Lérida, recibiendo el
doctorado en leyes. Posteriormente, completó con honores cursos de teología en
Valencia y Alcalá de Henares (España).
Tras la muerte de su
madre y hermano, Don Pedro quiso que José fuera militar y se casase para
perpetuar la familia. Dios interfirió enviando una enfermedad en 1582 que llevó
a José al borde de la muerte. El joven le prometió a Dios que si le concedía la
curación, se dedicaría únicamente a trabajar por la salvación de las almas. El
joven curó de la enfermedad, y entonces el papá le permitió cumplir su promesa,
y fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1583, por Hugo Ambrosio de
Moncada, obispo de Urgel.
·
Fundador de la Orden de Clérigos Regulares Pobres
de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, más conocida por el nombre de
escolapios que reciben sus miembros.
·
Se ordenó sacerdote y ejerció la
docencia en España.
·
En Roma conoció a san Camilo de
Lelis y fundó en 1597 el Instituto para
la enseñanza de los niños pobres y la antedicha orden de los escolapios, que ha
dado grandes pedagogos al mundo.
ACONTECIMIENTOS:
·
En segundo lugar, por
su estricta aplicación de los principios cristianos, fue también el pedagogo de
la no discriminación social, racial, o religiosa.
· En tercer lugar,
Calasanz fue el creador, organizador y sistematizador de la graduación escolar
por niveles y ciclos en la enseñanza primaria, así como de un nivel de
formación profesional y de un sistema de enseñanza secundaria popular
·
fundador de la primera escuela cristiana
popular de Europa
- El Papa
Benedicto XIV le declaró Beato y le dio el título de Job por su invencible
paciencia en los sufrimientos.
- El Papa Clemente
XIII le declaró Santo en 1767.
- El Papa Pío XII, en el tercer centenario de su muerte, lo declaró Patrono universal de las escuelas populares cristianas en 1948.
- Sacerdote, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa. Su fin: "formar buenos ciudadanos e instruir en la religión". Tenía entonces cuarenta años y carecía de preparación, pero Dios le inspiró, resultando ser un gran pedagogo.
APORTES PEDAGÓGICOS
EDUCACIÓN: Calasanz fue el creador, organizador y sistematizador
de la graduación escolar por niveles y ciclos en la enseñanza primaria, así
como de un nivel de formación profesional y de un sistema de enseñanza
secundaria popular. Sus escuelas llegaron a tener hasta 1 500 alumnos en el
mismo centro escolar y, por supuesto, eran muy distintas de las escuelas de
maestro único que existían en los barrios de Roma y en otros lugares. El tamaño
de esos centros obligó a desarrollar una organización escolar muy compleja y
minuciosa, donde la graduación por niveles y por ciclos desempeñó un papel muy
importante.
PEDAGOGÍA: Por su estricta
aplicación de los principios cristianos, fue también el pedagogo de la no
discriminación social, racial, o religiosa. No sólo fue la valiente y generosa
actitud que, como veremos más adelante, mantuvo con perseguidos por la
Inquisición como Galileo y Campanella, fue también el hecho altamente
significativo en aquella época de que matriculó en sus escuelas a alumnos
judíos, a los que trataba con idéntico respeto.
De igual modo, en sus
escuelas de Germania también escolarizó a alumnos de religión protestante. Su
prestigio y su universalismo fueron tan grandes que incluso del imperio turco
le llegaron peticiones para la fundación de Escuelas Pías que no pudo atender,
pese a sus deseos, por carecer de los maestros necesarios. Los únicos méritos
que Calasanz reconocía en sus escuelas eran los derivados del estudio y la
virtud.
METODOLOGÍA: Calasanz fue el
iniciador del método preventivo, según el cual en educación es mucho mejor
prever que reprimir. Ese método sería desarrollado después por Juan Bosco, el
creador de las Escuelas Salesianas. En materia de disciplina, y en contra de lo
que era habitual en su época y en épocas posteriores, siempre defendió la
máxima moderación en los castigos. Aunque éstos fuesen a veces inevitables, él
siempre predicaba la moderación, el amor y la benignidad como base de la
disciplina.
La disciplina debía
basarse en la firmeza y en la benignidad, y sus objetivos eran: a) La previsión
del mal; b) Si el mal se presentaba, evitar la
repetición; y c) llegado el momento de actuar, imponer la corrección
asegurando la enmienda del alumno.
MAESTRO
– ESTUDIANTE: Aunque a veces había
una clase de párvulos, en general la escolarización se iniciaba a partir de los
seis años de edad, pasando sucesivamente por nueve clases graduadas en
orden decreciente. En la novena clase,
los niños iniciaban la lectura con métodos silábicos y grandes cartelones que
permitían una enseñanza colectiva. En la octava clase se enseñaba a leer recorrido.
Los alumnos hacían lecturas individuales con el maestro y se corregían entre
ellos. Las clases duraban dos horas y media por la mañana y otro tanto por la
tarde. Cada cuatro meses se hacía un examen general en todas las escuelas. Si
la evaluación era positiva, el alumno era admitido en la clase superior.
FRASES CÉLEBRES
·
Dile al profesor del curso que he recibido
siempre las poesías que me ha mandado, y que proponga como tema de redacción
para los alumnos la paz mundial y la convivencia entre los hombres. Año 1630.
·
No estemos diariamente al parecer de alumnos
ignorantes, que quieren ser enseñados según el método que ellos desean y no
según el método del maestro. No les haga
caso ni quiera complacerles. Año 1630.
·
No intentemos contentar a los alumnos menos
motivados, que quieren una escuela a su modo, y no al nuestro. No les hagamos
caso ni procuremos complacerles. Año 1630.
·
Estuvo bien castigar al alumno desobediente,
pero querría que el castigo se administrase siempre con tanta piedad y
prudencia, que los mismos alumnos reconociesen que lo merecen mayor. Año 1624.
·
Me pareció bien que castigases al alumno
desobediente, pero me gustaría que los castigos los pongamos con tanto cuidado
y ganas de ayudar, que los mismos alumnos lo entiendan y reconozcan que merecen
un castigo mayor. Año 1624.
·
Me agrada sobremanera que castiguen a los
alumnos con benignidad y misericordia. Porque, reconociendo el alumno amor de
padre en el maestro, no siente tanto el castigo, ni abandona tan fácilmente la
escuela. Año 1628.
·
Me gusta que castiguéis a los alumnos con
benignidad y misericordia. Si el alumno reconoce nuestro amor hacia él, no
sentirá tanto el castigo, ni cogerá odio a la escuela. Año 1628.
·
No deje de usar toda diligencia en ayudar a
los alumnos, y sobre todo, en hacer volver al buen camino a los descarriados.
Año 1626.
·
Pon todo tu esfuerzo en ayudar a los alumnos,
sobre todo animando y motivando hacia su progreso personal a los más
descaminados. Año 1626.
·
Si el Señor no nos ayuda, estamos perdidos.
Hagamos hacer ahí oración a los niños por nosotros. Año 1647.
·
Nuestros colegios necesitan toda la ayuda de
Dios. Que recen los niños por nosotros. Año 1647.
NOMBRE: Creó,
organizó y sistematizó la enseñanza escolar graduada por niveles y ciclos en la
enseñanza primaria y una cierta formación profesional.
SÍNTESIS:
En general la
escolarización se iniciaba a partir de los seis años de edad, pasando
sucesivamente por nueve clases graduadas en orden decreciente. En la novena
clase, los niños iniciaban la lectura con métodos silábicos y grandes
cartelones que permitían una enseñanza colectiva. En la octava clase se
enseñaba a leer de corrido. Los alumnos hacían lecturas individuales con el
maestro y se corregían entre ellos. Las clases duraban dos horas y media por la
mañana y otro tanto por la tarde. Cada cuatro meses se hacía un examen general
en todas las escuelas. Si la evaluación era positiva, el alumno era admitido en
la clase superior. Los maestros debían llevar tres libros de registro: el de
matrícula, el de asistencia y el de calificaciones. Debían preparar previamente
sus clases y estar en sus puestos antes de la llegada de los alumnos.
Terminadas las clases, los maestros acompañaban a sus alumnos hasta sus casas.
Los alumnos aprendían a leer indistintamente en latín y en lengua vernácula.
Cf. Josep
Domènech y Mira, "José Calazanz (1557-1648)" en Perspectivas: revista trimestral de
educación comparada, vol. XXIII, núms. 3-4, 1993, págs. 808-821.
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